El año pasado iba yo detrás de unas botas cowboy que fuesen diferentes. No me apetecía la bota clásica de serraje o piel con forma característica de "bota del oeste". Hasta en mi escapada a París para la Fashion week (puedes recordar uno de mis mejores momentos de este año aquí) hice una parada en El paso booty, donde tienen verdaderas joyas auténticas del far west, pero nada, finalmente desistí.
Ya esta nueva temporada, cuando menos lo esperaba y sin buscarlas, me topé con estas. Estaban en dos combinaciones de colores: negras con plata y estas naranjas y blancas. Me encantaron y me lancé.
Absolutamente consciente de que no es una bota que vaya a llevar mucho pero confirmando ya que es una bota comodísima y que estoy segura que viviremos juntas grandes momentos (te dejo el enlace aquí porque siguen disponibles y si prefieres la opción plata con negro también te la dejo por aquí porque además estas últimas están al 50% de descuento).
Las estrené este pasado viernes Día de la Inmaculada para celebrar mi santo. Un plan tranquilo de día festivo en Madrid de esos de pasear, visitar la exposición de Monet en CentroCentro (que aprovecho a recomendarte porque es un lujo), comer y merendar de vuelta a casa. Las combiné con este vestido blanco de punto de lana que ya has visto en varias ocasiones por aquí y que la opción de blanco en invierno me encanta a la par que me da muchísima paz.
Con esta sesión nos lo pasamos en grande, espero que las fotos te transmitan esa alegría y que leas cuando leas esto, ¡tengas un gran día!