La semana pasada te contaba (recuérdalo aquí) que Málaga se convierte este 2018 en nuestro nuevo lugar de residencia, y aunque ahora, de momento, estamos entre Madrid y el Sur, ya he tenido un buen primer contacto como para contaros mis primeros favoritos en la ciudad.
Málaga me ha dado la bienvenida con un buen tiempo espectacular y con el Carnaval. Con sol, con alegría y con mucha vida. Y aunque a lo mejor esta primera toma de contacto te parezca muy turista (probablemente lo sea) ahí van algunos de mis primeros favoritos:
Darse una vuelta por el Mercado de Atarazanas, y muy cerquita de allí el brunch de Brunch(it). Sentarse en el teatro romano con calma, sin prisa, mientras dejas que el sol te dé en la cara. Dedicarte unos minutos para ti, para respirar y para parar.
Pasear por el centro y tomar unas cañas, o un vino, en cualquiera de los locales cerca de la Catedral.
Comer (o mejor cenar) en el Udon Málaga. Es mi restaurante asiático favorito pero me impresionó mucho lo bonito y encantador de este restaurante (y que se agradece que esté en el centro de Málaga, porque no siempre te apetece pescaíto y las típicas frituras malagueñas).
El pimpi, que posiblemente conozcas si has visitado Málaga. Yo estuve en él la primera vez que visité la ciudad, ahora ya hace casi siete años, pero volví y me encantó. Su ambiente, sus espacios, la sala de tertulias Antonio Gala,...
Ver atardecer desde el puerto y comprobar como el cielo de Málaga también enamora, ¡y se vuelve rosa!. Aprovechar y tomarte un algo en la azotea del hotel Valeria, con vistas a la noria.
Tomar un café, un zumo natural o un dulce en El último mono, una cafetería que invita a quedarte en ella a trabajar o sentarte a leer.
Visitar el Centro Pompidou y no perder de vista las actividades de Artsenal. Un centro de cambio y corto cultural con un sinfín de actividades, desde bailar swing hasta jugar al ajedrez o un intercambio de idiomas , entre muchas otras.
Para finalizar con esta primera entrega de mis primeras recomendaciones, ¡la playa! Pasar una mañana de domingo en la playa, aunque eso probablemente no necesite recomendación.
Darse una vuelta por el Mercado de Atarazanas, y muy cerquita de allí el brunch de Brunch(it). Sentarse en el teatro romano con calma, sin prisa, mientras dejas que el sol te dé en la cara. Dedicarte unos minutos para ti, para respirar y para parar.
Pasear por el centro y tomar unas cañas, o un vino, en cualquiera de los locales cerca de la Catedral.
Comer (o mejor cenar) en el Udon Málaga. Es mi restaurante asiático favorito pero me impresionó mucho lo bonito y encantador de este restaurante (y que se agradece que esté en el centro de Málaga, porque no siempre te apetece pescaíto y las típicas frituras malagueñas).
El pimpi, que posiblemente conozcas si has visitado Málaga. Yo estuve en él la primera vez que visité la ciudad, ahora ya hace casi siete años, pero volví y me encantó. Su ambiente, sus espacios, la sala de tertulias Antonio Gala,...
Ver atardecer desde el puerto y comprobar como el cielo de Málaga también enamora, ¡y se vuelve rosa!. Aprovechar y tomarte un algo en la azotea del hotel Valeria, con vistas a la noria.
Tomar un café, un zumo natural o un dulce en El último mono, una cafetería que invita a quedarte en ella a trabajar o sentarte a leer.
Visitar el Centro Pompidou y no perder de vista las actividades de Artsenal. Un centro de cambio y corto cultural con un sinfín de actividades, desde bailar swing hasta jugar al ajedrez o un intercambio de idiomas , entre muchas otras.
Para finalizar con esta primera entrega de mis primeras recomendaciones, ¡la playa! Pasar una mañana de domingo en la playa, aunque eso probablemente no necesite recomendación.
¿Te vienes a Málaga? ¿Me dejas algunas recomendaciones imprescindibles?
GRACIAS por todos tus comentarios y visitas.
Nos vemos, como siempre, con mucho más en las redes sociales,
INSTAGRAM: @MIVIDAENROJO
Besos rojos por doquier,
INMA
Be happy (and fashion) my friend.