Una boda he tenido y tendré (aunque todavía hay tiempo para alguna sorpresa) este año 2023. Pero esta no ha sido una boda cualquiera, nuestros amigos se casaban en Grecia y nada más y nada menos que en una isla, Tinos.
Si me sigues en instagram: @mividaenrojo esto no te sorprenderá e incluso quizás también has disfrutado de algunos momentos de la boda con la misma ilusión que tenía yo cuando los compartí. Pero hoy, por aquí, voy a centrarme en mi look.
No fue fácil escogerlo y a mi que habtiualmente no suele costarme encontrar un look de boda, este me costó. Las directrices de etiqueta eran claras: hombres sin corbata, se aceptaba lino y sobre todo y lo más importante, vestidos compatibles con el viento. Porque Tinos es la isla de Eolo (Dios de los vientos), y sí, doy fe que es la isla del viento por excelencia.
Así que con todas esas directrices estaba claro que tenía que buscar algo que no fuese propiamente de boda (las clásicas invitadas aquí no encajaban), que no tuviese mucho vuelo y con el que además me sintiese yo misma.
Como te digo me costó pero lo encontré. Y lo encontré en este vestido de Massimo Dutti Studio que sé que es dificil pero reunía todo lo que buscaba.
Inspirado en un camisón y bata sentí ese homenaje a "Los visos salen a la calle" que desde Queridísima Araceli llevamos como bandera. Y esa sobrecamisa a modo de capa era perfecta para jugar con el viento, algo que me apetecía muchísimo.
Lo complementé con mis sandalias básicas doradas que ya conoces (y que por cierto tuve que abandonar en Tinos porque es tanto lo que bailé que uno de los tacones no sobrevivió. Inma, ¡así se hace!) y con un bolso de crochet para continuar con la frescura del look.
Los pendientes también los conoces, una joya que perteneció a mi abuela y respecto a pelo y maquillaje me tenía que apañar yo sola así que hice lo que pude y para llevar algo compatible con el viento improvisé esa bubble ponytail de la que me siento tremendamente orgullosa.