Amanecimos tarde en nuestra primera mañana en San Francisco. Necesitábamos dormir, descansar, dedicarnos tiempo para nosotros, era algo que tenÃamos claro no, ¡clarÃsimo! cuando organizamos el viaje. Disfrutarlo al máximo pero sin morir en el intento.
Asà que después de la primera toma de contacto (que nos cundió muchÃsimo) con San Francisco de la tarde anterior, que puedes recordar aquà en el post del dÃa 5 de nuestra Ruta por la Costa Oeste; empezamos el dÃa desayunando en la cafeterÃa Illy, muy cerca de nuestro hotel y de Union Square.
Con las pilas ya cargadas, hoy tocaba, por supuesto, visitar de cerca el Golden Gate. Decidimos hacerlo andando, ya sabes si eres lector habitual que, nos encanta patear, y con los excesos americanos, ¡nos motivaba todavÃa más!
Un ratito largo que también puedes hacer en bicicleta.
Volvimos a pasar por el Pier 39, paramos de nuevo a visitar a los encantadores lobos marinos y esta vez sÃ, llegamos hasta el Fisherman's Wharf.
El camino hasta el puente fue precioso, con sus subidas y sus bajadas, disfrutando del inmenso parque que le rodea y disfrutando del PacÃfico, que a mi no dejaba de alucinarme cada vez más.
Al llegar allà compramos un tentempié en la tienda/cafeterÃa (vas a quererlo todo, es la tienda con souvenirs más bonita que he visto en mi vida, jajaja) y después de las fotografÃas de rigor, cogimos un trolebús, es decir, un autobús eléctrico que nos llevarÃa hasta Alamo Square. Probablemente sea la plaza con las vistas más bonitas de toda la ciudad, lugar en el que disfrutar de las Painted Ladies, las famosas casitas victorianas de colores que son unas auténticas señoras.
En realidad, toda la arquitectura y casas de San Francisco me parecieron impresionantes, el plan de la tarde fue perdernos y volver caminando hasta el hotel descubriendo la ciudad sin un plan cerrado, ¡y fue un gran planazo!
Ese dÃa probamos la archiconocida cadena asiática Panda Express, que a mi, personalmente, ¡no me gustó nada! ¿La conoces? ¿Qué te parece a ti?
La siguiente mañana, nuestro séptimo dÃa de ruta por la Costa Oeste madrugamos más. Nos faltaba por visitar la famosa Lombard Street, la calle más sinuosa de Estados Unidos, querÃamos visitar Sausalito y debÃamos seguir la ruta hacÃa Yosemite.
Empezamos el dÃa desayunando por todo lo alto (calóricamente hablando) en Mel's Drive In, una cadena americana de esas que , ¡me encantan! Entre batidos y tostadas de aguacate, asientos de cadillacs y radios retro en las que escoger la canción con un dólar.
A continuación, recogimos a nuestro gran aliado: ¡el coche! Dos dÃas sin él y ya le estábamos echando de menos. Con él nos dirigimos a descender la calle más sinuosa (y una de las más famosas) de los EE.UU. La bajamos en coche y andando; y pusimos rumbo a Sausalito.
Cruzar el Golden Gate en un dÃa de niebla total, como habÃamos amanecido, fue una verdadera experiencia. Preciosa, de esas que no creo que olvidemos en la vida. Paramos al otro extremo del mismo para disfrutar de un puente prácticamente invisible por la niebla y de un PacÃfico que enfurecido enamoraba todavÃa más.
Y asà llegamos a Sausalito, un pueblo pesquero en el que soñar con tener una casa encima del mar,algún dÃa. Lleno de bares y tiendas, entre montaña y mar, ¡si viajas a San Francisco merece la pena que cruces el puente y disfrutes de él unas horas!
Y lo que yo no sabÃa es que lo mejor, uno de mis momentos favoritos del viaje estaba a punto de suceder. Cuando ahora me preguntan: qué fue lo mejor, lo que más te gustó; la respuesta la tengo clara: El viaje desde Sausalito a Yosemite.
Lo improvisamos y fue impresionante. Pasamos de bordear el PacÃfico a pasar a un paisaje bastante más árido (que no seco), de largas carreteras, buzones a pie de carretera y ranchos de pelÃcula. Estábamos en el lejano Oeste y asà nos lo hizo saber Mariposa.
Mariposa es una parada obligada antes de Yosemite. Es el último pueblo de la zona con cobertura, con gasolinera dónde no dejarte un riñón, con comercios, restaurantes, una zona al lado del rÃo con un emotivo homenaje a las vÃctimas del 11S, y en definitiva, uno de mis pueblos favoritos junto con Sausalito.
Esto estaba siendo un verdadero sueño americano y para hacerlo más auténtico esa noche dormÃamos en Yosemite, sin cobertura, a los pies de las montañas.
¡Pero ya es suficiente por hoy! Eso te lo contaré en el siguiente post de la Costa Oeste. Por cierto, ¡no te pierdas el vÃdeo de esta semana en el canal! San Francisco en 2 dÃas: