Si en el post anterior que publiqué sobre ParÃs te decÃa que el tÃtulo de Cuatro dÃas en ParÃs: Le Marais no le hacÃa justicia del todo ya que el post llegaba muchÃsimo más cargado, en este de hoy me pasa lo mismo. Lo he titulado Montmartre pero en realidad podrÃa haberlo titulado "como ir de una punta a otra de la ciudad sin coger metro y descubrir tesoros", por ejemplo.
Como también te he comentado en un post anterior Cuatro dÃas en ParÃs: Dónde alojarse, nos alojábamos en el Barrio Latino y tenÃamos el maravilloso JardÃn de Luxemburgo a escasos diez minutos andando del hotel.
Asà que este segundo dÃa en ParÃs (el primero en el que amanecimos en la ciudad) lo empezamos desayunando justo frente al parque en una cafeterÃa con muchÃsimo encanto: Le Cercle Luxemburg, donde tomé el primer pa au chocolat del viaje.
Al estar por la zona, continuamente veÃamos el Panteón (también lo veÃamos desde la habitación del hotel) y como la primera imagen demuestra no paré de fotografiarlo desde varias perspectivas diferentes. Pero como al barrio le dedicamos más tiempo otro dÃa, de eso te hablaré en otro post.
Vuelvo a este dÃa en el que después del desayuno quedamos con nuestra amiga Ana, que vive en ParÃs, para pasear por el JardÃn de Luxemburgo, tomarnos un café, y como tenÃamos visita a las once (madrugamos muchÃsimo, como ya has podido adivinar) para ver la exposición de Thierry Mugler Couturissime, en el Museo de Artes Decorativas, nos acompañó un poco hacÃa allà mientras nos enseñó a callejear por Saint Germain.
Después de la exposición paseamos por fuera del Louvre y disfrutamos de un auténtico ambiente navideño en el JardÃn de las TullerÃas. Entre puestos de comida y vino y chocolate caliente, de atracciones para los más pequeños y de ver a Papá Noel por todos los sitios, aprovechamos para comer por allÃ. Al aire libre y con ese frÃo helador pero con el encanto de sentarte en una de las sillas de metal caracterÃsticas de ParÃs mientras te comes una crêpe. Cliché, turista, pero realmente encantador.
Seguimos avanzando hasta la Plaza de la Concordia y los Jardines de los Campos ElÃseos donde nos encontramos con una exposición fotográfica sobre la realidad actual de las Mujeres Afganas que me conmovió. Por si te interesa cuando estés leyendo esto la exposición ahora se ha trasladado, hasta el 11 de Marzo de 2022, a las puertas del Parc des Buttes-Chaumont.
Caminando caminando llegamos hasta el Arco del Triunfo pero a este dÃa todavÃa le quedaba lo mejor: ¡Montmartre!
Lo tenÃamos a casi una hora andando pero nosotros somos asÃ, siempre que podemos intentamos no coger el metro para descubrir a fondo la ciudad y gracias a ello fue como nos topamos con el increÃble Parc Monceau.
Después de llegar hasta el Arco del Triunfo y un poco agobiados por la cantidad de gente que habÃa en el paseo de los Campos ElÃseos, decidimos poner rumbo a Montmartre por una de sus paralelas. Descubrimos una zona de ParÃs súper limpia a nivel acústico, muy tranquila y prácticamente sin coches. Fue allà donde decidimos parar a tomar un café en Le Valois (probablemente el capuccino más caro que me haya tomado en mi vida, también tengo que decirlo) y entonces nos encontramos con uno de esos parques que no salen en (todas) las guÃas pero en el que merece mucho la pena parar y pasear. El Parc Monceau.
Y finalmente llegamos a Montmartre. Para mi es uno de mis favoritos de ParÃs. No es que las demás zonas no me gusten pero creo que barrios como Le Marais por ejemplo puedes encontrarlos en otras ciudades. Pero Montmartre, a pesar del turismo y los clichés, es único. Y no sé si tendrá algo que ver pero curiosamente tanto mi persona favorita como yo tenÃamos la mayorÃa de los recuerdos de nuestras estancias previas en ParÃs asociadas a Montmartre.
Al llegar, bajamos el ritmo, nos tomamos un vino, entré en todas las tiendas de segunda mano que me encontraba a mi paso y me volvà a enamorar de la BasÃlica del Sagrado Corazón. Ella, tan imponente medio tapada por la niebla y con esas vistas únicas, de noche, de la ciudad.
Tentados de coger el metro parecÃa que todavÃa no habÃamos andado lo suficiente asà que empezamos a deambular calle abajo hacÃa el Barrio Latino. Lo hicimos por la famosa Rue des Martyrs en la que nos soprendió la cantidad de restaurantes de comida asiática (que ya sabes que nos encanta) y pastelerÃas que habÃa. Volvimos a encontrarnos con la plaza del Hôtel de Ville y hoy sÃ, nos acercamos a saludar a Notre-Dame de cerca, que a pesar de las obras de restauración ella no ha perdido su magia.
Y cenando en una creperÃa chiquitita de esas en las que entras sin esperar nada pero sales sabiendo que tienes que recomendarla (Crêperie Chez Suzette) terminamos el dÃa agotados, felices y con la emoción que nos esperaba al dÃa siguiente vivir un nuevo dÃa en ParÃs.
GRACIAS por todos tus comentarios y visitas.
Nos vemos, con mucho más, en las redes sociales,
Besos rojos por doquier,
INMA.
Be happy (and fashion) my friend.