Como siga dosificando tanto el viaje a ParÃs, llegamos a la Navidad de este 2022 y todavÃa sigo con él. Aunque lo cierto es que a mi, hoy, regresar a este dÃa mientras editaba las fotos me ha dado una energÃa especial para arrancar la semana.
Si previamente publiqué acerca de este viaje: dónde alojarse en ParÃs, Le Marais y Montmartre hoy voy con mi dÃa favorito de este viaje, que fue el principal motivo de viajar a ParÃs en Navidad.
Para mi cumpleaños (julio), mi persona favorita me regaló unas entradas para Disneyland. En realidad me envió un e-mail muy especial para darme los buenos dÃas (ya que él se encontraba de viaje) y me sugirió, "te las regalo para Navidad", pero no sabÃamos ni si podrÃamos ir, ni cómo estarÃa todo... aunque finalmente sucedió. Y yo que adoro la Navidad, y la magia en general, creo que este dÃa está entre los diez mejores dÃas de mi vida, sin exagerar.
También está entre los dÃas en los que más frÃo he pasado, no recordaba esa sensación terrible desde que vivà en Finlandia.
El dÃa empezó muy pronto porque, obviamente, yo querÃa estar en el parque desde que lo abriesen. Asà que desayunamos en el mismo hotel por no perder mucho tiempo y descargada aplicación, vistiendo Besos rojos por doquier, y con las calles casi todavÃa por poner, nos dirigimos a coger el tren que nos llevarÃa hacÃa el lugar donde nacen los sueños.
Fue un dÃa mágico. No nos perdimos absolutamente nada. La cabalgata de Navidad, la sesión especial de Villancicos. Como nos pasó cuando estuvimos en Universal, se nos hizo de noche allà y a pesar del frÃo, de no sentir los pies y de la mascarilla, creo que no habÃa nadie allà que no estuviese siendo realmente feliz. Un ejemplo maravilloso de que la ilusión y la magia pueden conseguir grandes cosas en nosotras. Esa sensación tan bonita de sentirte niña y de que durante unas horas, esas horas, todo está bien. Porque los problemas y el desastre de mundo que tenemos sigue ahÃ, y seguirá después y al dÃa siguiente.
Cuando volvimos a la ciudad, estábamos tan cansados que lo último que nos apetecÃa era complicarnos mucho la vida para cenar. Asà que a mi que me apetecÃa mucho algo de dulce (como la guinda perfecta a un dÃa tan empalagoso) de camino al hotel, justo frente a Notre Dame, una creperia que parece que va a ser muy turÃstica, pero en la que habÃa muchÃsima gente autóctona y que por las vistas, por su entorno tan retro y por su calidad merece la pena recomendar: La crème de Paris. Está a escasos minutos de Shakespare & Co, asà que si un dÃa quieres ir allà a desayunar merendar y no encuentras sitio... ¡ya sabes una buena alternativa!
¿Has estado alguna vez en Disneyland en Navidad? Yo sigo dándole gracias a la vida por haberme dejado vivir este momento. Si no has estado y alguna vez tienes la ocasión, no te lo pierdas.
GRACIAS por todos tus comentarios y visitas. Nos vemos, como siempre, con mucho más en las redes sociales,
Besos rojos por doquier,
INMA.
Be happy (and fashion) my friend.