Con la llegada del otoño puede ser un buen momento para recordar ese elemento que adora la cosmética natural (y también tu piel): La Granada. Esa fruta que ya va empezando a llenar los estantes de supermercados y fruterías y que es buenísima para nuestra salud general y para nuestra piel. 

Granada y cosmética orgánica es un combo que me encanta, bien podría decir que fue creado para mi porque la granada es una de mis frutas favoritas (no solo porque sea de un rojo precioso) y, si eres lectora habitual de mi blog, ya sabrás que mi obsesión por la cosmética orgánica en estos últimos años ha ido en aumento. 

Esta fruta que desde hace siglos ha estado ligada a leyendas y a la que le rodea mucha misticidad (se le considera un talismán de buena suerte) llega a la cosmética natural para convertirse en una estrella.

Aunque en realidad siempre lo ha sido,  desde Afrodita (Diosa del amor y la belleza) a la que se le atribuye la plantación del primer árbol de granada, a tradiciones griegas como romper una granada los últimos días de diciembre para que el año nuevo dé sus frutos, a tradiciones en China donde la ofrecían a los recién casados como buen augurio de descendencia , no es de extrañar que sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que favorecen la hidratación de la piel, ayudan a mantener su firmeza, y en última instancia es una gran aliada anti-envejecimiento, sea aprovechada por el mundo de la cosmética natural. 

Entre los últimos usos de la granada en cosmética orgánica llegué a la crema facial reafirmante de Weleda, una marca de belleza natural, ecológica y sostenible. En este artículo de la revista ELLE, en el que diferentes redactoras del medio comparten sus experiencias después de cuatro semanas probando los productos de la marca con granada me ha impactado ese efecto del que hablan de luminosidad casi inmediata a la mañana siguiente porque efectivamente tiene toda la lógica si conocemos los beneficios de la granada (y llegados a este punto ya los conocemos) y que yo personalmente únicamente he conseguido con productos que puedo contar con los dedos de una mano.

Me imagino que como yo habrás escuchado y leído sobre el uso de la pulpa de la granada en la realización de mascarillas faciales caseras precisamente con los fines de hidratación y revitalización de la piel; pero si a esto le añadimos investigación y tecnología; y en este caso concreto una marca que es un referente en mi cabecera, te he hablado de ella antes también en el blog, creo que puede ser una apuesta segura.

Aprovecho a dejarte por aquí todos los posts de mi sección beauty donde encontrarás desde opiniones a productos y mucha cosmética comprometida porque  para mi ya sabes que es importante que las marcas, en general, no solo se comprometan a cuidarnos a nosotras , sino que también estén comprometidas con el mundo cuidando el medio ambiente y garantizando un comercio justo y responsable.

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La imagen que encabeza este post es de Pinterest. 

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Un año más el verano ya está aquí para hacerte feliz como dice la canción. Por mi parte ya he inaugurado la temporada de sandalias y aunque me he lanzando con algún vestidín sport todavía no me he arrancado con el más absoluto mood verano. Pero ganas no me faltan, sobre todo de enseñar pierna. 

Con el paso de los años he modificado mi relación con mi cuerpo y he aprendido a acaptarlo y quererlo como es. Le cuido muchísimo, eso sí, pero he entrado en ese momento en el que va sufirendo cambios y yo me voy adaptando a ellos con cariño y con  mucho recorrido ya aprendido. 

Entre todo este camino ya aprendido sé que mis piernas son un punto fuerte, me gustan mis piernas, lo digo sin ruborizarme, y admito que potenciarlas en los looks me da seguridad. Me gusta en verano cuando me pongo unas sandalias y se encuentran hidratadas y brillantes. Ellas, a las que castigo tanto a golpe de zapatilla, ellas que me han hecho volar, me han regalado noches sin parar de bailar, a ellas las mimo y cuido muchísimo. 

Además, a lo largo de este camino, ya lo sabes si eres lectora habitual de Mi vida en Rojo, también he aprendido a valorar que para mis cuidados del día a día me gusta apostar por productos de cosmética natural y que tengan el certificado cruelty-free.

De combinar todo lo anterior acaba de llegar a mi vida el Brilli Brilli iluminador corporal  de arganour, que además de aportar al cuerpo, acá mis piernas, ese reflejo dorado que me gusta tanto, tiene una función calmante e hidratante a base de aceites vegetales. Algo que le diferencia de otros productos del estilo en el mercado y que presagio le van a convertir en mi producto favorito de este verano 2024. 

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Be happy (and fashion) my friend.

Pon en tu piel aquello que puedas comer. Con este leitmotiv y en un entorno tremendamente inspirador como es Tiempo, el nuevo concepto de Harina en Madrid (que mezcla taller de cerámica y su característica gastronomía en un mismo espacio) descubrí hace unos días Maison Karité. 

Maison Karité nace en Barcelona hace más diez años con un objetivo muy claro que forma parte de su sello de identidad: ser una empresa comprometida con el sector de la economía humanizada y ser sostenibles, veganos, biodegradables y ecológicos. Algo que han conseguido con muchísimo trabajo y colaborando con proyectos de cooperación conjunta en África a través del comercio colaborativo (Los principios activos de sus productos proceden de árboles salvajes africanos).

Como es fácil adivinar la manteca de karité está entre sus imprescindibles. El cosmético natural más universal y versátil que existe. Pero Maison Karité tiene un amplio abanico de su gama de productos que incluyen desde cabello a zonas íntimas. Y es del cabello de lo que quería hablar hoy. 

Si eres lectora habitual de Mi Vida en Rojo ya conocerás mi andadura con el champú sólido, las marcas de cosmética natural, cómo me voy entregando poco a poco a ambas y los mimos específicos que necesito darle a mi pelo en rojo. Por ese motivo, cuando creía que ya nada podía sorprenderme Maison Karité puso ante mi el tratamiento capilar de plantas. 

El tratamiento capilar de plantas no te dejará indiferente. Consiste en un tratamiento de textura arenosa, verde muy verde que tiene entre sus componentes espirulina, romero y oritga haciendo de él una alternativa fantástica para calmar y equilibrar el cuero cabelludo a la par que le da brillo y fuerza al cabello. 

*Este post incluye regalo de producto

Be happy (and fashion) my friend.

Este post no incluye nada patrocinado. Todo son recomendaciones personales. 

El 2020, como no, también ha afectado a mi relación con los productos de belleza. He sufrido el famoso maskné , he pasado bastante del maquillaje, he cuidado especialmente mis manos, y me he entregado más que nunca a la cosmética natural. 

Ya sabrás que en este 2020 he estado de ayuno cosmético, algo impuesto por mi dermatólogo (te lo conté en este post), hecho que por otro lado no ha evitado que haya realizado nuevos amigos de los que me he quedado prendada.

El primero de ellos de los que quiero hablarte, con el que además he repetido, es el contorno de ojos energizante de Koconoi. Es un producto de cosmética natural, que conocí de forma casual y que como te digo, he repetido. Tiene componentes antioxidantes como el aceite de Monoï y extracto de Noni. Y entre sus ingredientes también figuran aceite de coco y agua de las lagunas de la Polinesia. Es un producto de esos con el que tienes una experiencia global de sensaciones. 

Otro producto con el que también he repetido este año es con el corrector conceal & define de Revolution. Se ha convertido en mi gran aliado para tapar las tremendas ojeras que me han acompañado a lo largo de este 2020. Me gusta su textura, he encontrado un tono perfecto para mi (algo que últimamente me estaba costando) y hace poco he descubierto que también lo venden en una de mis webs de moda favoritas. 

El tercer producto del que quiero hablarte fue una recomendación de mi dermatólogo y es que, ¡menuda recomendación!. El jabón limpiador de Apivita. Me lavo el rostro dos veces al día con él. Yo tengo el de lavanda. No irrita y limpia en profundidad. De cómo empecé el año a como lo he terminado, creo que él ha tenido un gran papel. 

El 2020 también ha sido un mal año para mi cabello. Si ya un cabello teñido necesita un cuidado especial, las jornadas infinitas del hospital en el que estaba en todo momento con el gorro puesto, han terminado de fastidiarlo. Este año he tenido la sensación continua de tener el pelo sin brillo y sin vida. Y siguiendo en la línea de la cosmética natural (que tanto me apetece) terminé el año descubriendo el champú sólido de Alma Secret. Un champú con componentes naturales que además de que no altera el color de los cabellos teñidos, facilita esta detoxificación que yo ahora necesito más que nunca. 

Como complemento también he descubierto los cepillos de mi querida Marieta. Aunque tiene uno para cepillar en mojado, perfecto para tenerlo ya en la ducha, yo estoy enamorada del cepillo desenreda sin tirones. Además tiene un montón de estampados a cuál más bonito. 

Y para terminar, las manos. Otras grandes protagonistas de este año. ¡Y bastante mejor de lo esperado han superado el año! Papá Noel me trajo el kit Ayurveda de Rituals y sé que llevo pocos días probándolo pero, ¡me encanta su jabón de manos! Hace tiempo que no había probado nada igual. 

Cuéntame, ¿tienes algún descubrimiento que merece la pena compartir? 

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