Parece que es algo que siempre crees que no puede suceder hasta que sucede. Ese momento en la vida en el que cada vez cuesta más encontrar un rato de soledad y tranquilidad con tus amigas. 
Esos momentos en los que no estén los peques, no esté el marido ni el novio..., lo que viene siendo una verdadera noche de chicas.
Una noche de arreglarse y salir a bailar con tus amigas, dónde preocupe más si conoces la canción que va a sonar que cualquier otra cosa.
Donde compartir el taxi de vuelta a casa entre risas, hacer la foto instagrameable de la mesa sin que nadie proteste "ya estamos con las fotos"; donde hablar del último bolso de louis vuitton o esa barra de labios de chanel. O como en nuestra última cena: que al sentarte en el restaurante alguien exclame, ¡mira la pared, ese azul de la habitación de Carrie! Esas frases que sólo se pueden pronunciar con tus amigas y que te hacen adorarlas todavía más.

Una noche divertida en la que cerciorarte que por más que pasa el tiempo todo sigue como siempre, donde prometes una próxima noche de pijamas y que seguro que no va a pasar tanto tiempo hasta la próxima (aunque sepas de antemano que pasará...); pero saber que las tienes ahí cada día para ti pase lo que pase, siempre con ese whatsapp de buenos días, de buenas noches... te hace esperar la próxima tranquila.