Costa Oeste Días 8 y 9: Yosemite y Desierto de Mojave (sin imprevistos, Death Valley)
Y aquí llegaba el cambio de planes y ¡se ponía interesante la aventura de nuestro road trip californiano! Llegábamos a Yosemite desde San Francisco, Sausalito y Mariposa (jornada que puedes recordar aquí). Reservamos una habitación en el maravilloso (y muy recomendable) Cedar Lodge, a las puertas del parque nacional de Yosemite, en plena naturaleza, sin wifi ni cobertura pero con pequeños lujos como jacuzzi en la habitación, y piscinas exterior e interior. Te dejo, por cierto, 15€ de descuento para tu próximo alojamiento.
Poco lo íbamos a poder aprovechar, por eso, porque nuestra ruta consistía en pasar esa noche allí, el día siguiente visitar Yosemite y atravesarlo a través del Tioga para llegar hasta el extremo Este de Death Valley, donde teníamos reserva en Beaty y desde donde seguiríamos nuestra ruta hacía Las Vegas. Pero, cuando llegamos a Yosemite llegó la noticia: ¡Hay muchísima nieve todavía, han empezado a abrir zonas pero el Tioga sigue cerrado! Nanonainonanana empezó a sonar en mi cabeza.
Tuvimos suerte de que la señora que nos atendió era una experta en Yosemite, y además tremendamente amable. Nos imprimió un mapa, nos planteó opciones y nos animó a que nos fuésemos a Mariposa a debatirlas mientras cenábamos algo decentemente en un bar de lo que era para nosotros el Lejano Oeste. Y así fue, volvimos a coger el coche, volvimos a la conexión y a la cobertura y reorganizamos nuestra ruta.
Con ese imprevisto (el Tioga está abierto de mayo a septiembre, ambos meses incluidos, pero como ves es lo que tiene un viaje de carretera, ¡qué los imprevistos siempre pueden suceder!) nos era imposible poder visitar las dos cosas: o Yosemite o Death Valley. Teníamos 2 alojamientos ya pagados no reembolsables; pero ahora 1000km nos separaban de nuestra próxima parada. La decisión era sencilla: o dormíamos en Yosemite y madrugábamos (sin verlo) al día siguiente para visitar el Valle de la Muerte (algo que no tenía sentido porque era subir para luego bajar) o eliminábamos El Valle de la Muerte de nuestra ruta y al día siguiente visitábamos Yosemite y después seguíamos en ruta, pero esta vez "por abajo". ¡La decisión ya la teníamos tomada! Y podríamos quizás ese día haber adelantado camino, haber hecho una parada más entre Yosemite y Las Vegas, pero Cedar Lodge nos gustó tanto, tantísimo ,que como tenían habitaciones disponibles, decidimos quedarnos allí una noche más.
¡Y qué lujo, qué maravilla!
Mi abuela siempre me decía que no hay mal que por bien no venga y lo cierto es que dedicamos 6horas largas a disfrutar de Yosemite. Subimos hasta el Glaciar Point, me enamoré de sus cascadas, hicimos un picnic en su valle entre ardillas, disfrutamos de sus lagos e incluso antes de abandonarlo nos dirigimos a Tuolumne Meadows a alucinar con los bosques de Secuoyas.
Esa tarde te la puedes imaginar, entre piscina exterior, piscina interior, sesión de peli y jacuzzi. Creo que necesitábamos, de verdad, un día así y puede que sea lo más parecido a lo que entendemos por "luna de miel" que tuvimos, jajajaja.
Así que la siguiente mañana no madrugamos en exceso y pasadas las nueve poníamos rumbo a Las Vegas. Abandonábamos California para descubrir el lugar dónde todo está permitido.
Fue quizás la carretera más "fea" de todas las de la ruta pero tuvo algo bueno, ¡El Desierto de Mojave! Es impresionante como sólo en unos kilómetros puedes vivir semejantes contrastes. Y así llegamos al estado de Nevada; con un calor que abrasaba y muchísimo aire. Desierto, y más desierto. Tierra árida y seca con puntuales árboles de Josué que a mi me dejaban maravillada. Kilómetros de carreteras interminables, música a todo volumen. Parada para contemplar la inmensidad y comer un sándwich. Empezar a ver complejos de montañas rusas, casinos... ¡Ya empieza la locura, estamos llegando a Las Vegas! Pero eso te lo contaré otro día en el siguiente post de esta ruta por la Costa Oeste.
¡Y qué lujo, qué maravilla!
Mi abuela siempre me decía que no hay mal que por bien no venga y lo cierto es que dedicamos 6horas largas a disfrutar de Yosemite. Subimos hasta el Glaciar Point, me enamoré de sus cascadas, hicimos un picnic en su valle entre ardillas, disfrutamos de sus lagos e incluso antes de abandonarlo nos dirigimos a Tuolumne Meadows a alucinar con los bosques de Secuoyas.
Esa tarde te la puedes imaginar, entre piscina exterior, piscina interior, sesión de peli y jacuzzi. Creo que necesitábamos, de verdad, un día así y puede que sea lo más parecido a lo que entendemos por "luna de miel" que tuvimos, jajajaja.
Así que la siguiente mañana no madrugamos en exceso y pasadas las nueve poníamos rumbo a Las Vegas. Abandonábamos California para descubrir el lugar dónde todo está permitido.
Fue quizás la carretera más "fea" de todas las de la ruta pero tuvo algo bueno, ¡El Desierto de Mojave! Es impresionante como sólo en unos kilómetros puedes vivir semejantes contrastes. Y así llegamos al estado de Nevada; con un calor que abrasaba y muchísimo aire. Desierto, y más desierto. Tierra árida y seca con puntuales árboles de Josué que a mi me dejaban maravillada. Kilómetros de carreteras interminables, música a todo volumen. Parada para contemplar la inmensidad y comer un sándwich. Empezar a ver complejos de montañas rusas, casinos... ¡Ya empieza la locura, estamos llegando a Las Vegas! Pero eso te lo contaré otro día en el siguiente post de esta ruta por la Costa Oeste.
Como siempre, ¡no te pierdas el vídeo de esta experiencia! Creo que te va a gustar, es uno de mis favoritos de todos los que he publicado del viaje
1 letras rojas
Hola, muy buenas tardes Inma.
ResponderEliminarQue maravilla disfrutar de estas vistas, de la calma y aunque hay imprevistos tienes una positividad que lo quita todo, además que las fotos son una preciosidad y punto importante para mi a la hora de viajar que me estoy guardando estos post. Un besazo y disfruta mucho
https://www.meryofthestyle.com/
¡Muchísimas gracias por estas letras rojas!